La libra lleva años deslizándose dócilmente a la baja frente al dólar, pero la abrupta caída de un 5% vista este lunes ha desatado las alarmas de un país al borde de la recesión.
La divisa británica registró en los mercados asiáticos su mayor caída en un solo día desde marzo de 2020, cuando comenzó la pandemia de covid-19.
Llegó a tocar el mínimo histórico de 1,0327 dólares, su nivel más bajo desde 1972.
La apertura de las bolsas europeas trajo algo de calma horas después, pero el pánico entre los inversores parece dejar claro que las políticas de la nueva primera ministra Lizz Truss preocupan a los mercados.
Los analistas coinciden en que el desplome es la reacción a los mayores recortes de impuestos de Reino Unido en 50 años presentados el viernes por el secretario de Hacienda y Tesoro, Kwasi Kwarteng.
Las medidas avivaron la preocupación de que, con este recorte, el gobierno tendrá difícil estabilizar las finanzas públicas y podría provocar que la inflación y la deuda pública se disparen.
"El momento de estos recortes fiscales no podría haber sido peor, pues entran en conflicto con los objetivos del banco central, que está tratando de contener la inflación" situada en el 9,9%, dice Azad Zangana, economista senior de Schroders.
"Es probable que estos recortes den lugar a una mayor inflación y a una subida aún mayor de los tipos de interés".
¿Qué consecuencias tiene?
"Los costos inmediatos para los consumidores podrían ser significativos", explica Ben Laidler, estratega de mercados globales de la plataforma de inversión eToro.
Si la libra se mantiene en este nivel bajo frente al dólar, las importaciones de materias primas cotizadas en dólares, incluidos el petróleo y el gas, serán más costosas.
Este efecto ya se puede notar no solo en Reino Unido, sino en cualquier economía que haya visto su divisa depreciarse.
Comprar un barril de petróleo en los mercados internacionales es ahora más caro dada la fortaleza del dólar.
Y de ahí que los precios de la gasolina en los surtidores no haya hecho más que aumentar.
Solo la caída del 3,5% de la libra esterlina del viernes "añadiría 5 peniques al coste medio de 1,65 libras por litro de gasolina (US$1,80), además de aumentar el precio de otras importaciones", afirma Laidler.
Los bienes importados también podrían encarecerse considerablemente, lo que impulsaría aún más la inflación, que ya se encuentra en su nivel más alto en décadas.
Los productos tecnológicos, como los iPhones, que se fabrican en el extranjero, también podrían subir de precio, lo mismo que las cosas fabricadas en el país pero con piezas que se compran en el extranjero.
Otro impacto directo en el bolsillo de los hogares es que la subida de los tipos de interés hacen que las hipotecas sean más costosas.
Hay quien ha visto en la caída de la libra una advertencia para los gobiernos que tratan de poner en marcha recortes de impuestos similares.
"Otros países, desde China hasta Japón, han intervenido en los últimos días para intentar frenar el debilitamiento de sus monedas", dice Laidler.
"Pero Reino Unido se encuentra en una situación más difícil, con una inflación más alta, unas reservas de divisas mucho más bajas y una política fiscal que ahora tira en dirección contraria", añade.
Fuente: www.bbc.com