A veces nos queda alguna pieza de pan después de merendar y al día siguiente decimos: “Este pan está duro” y es muy probable que sí lo esté, pero pensado en ello y en una gran reflexión que leí de Wilder Hernández (Futuro Mejor Psicólogo) hoy quiero compartir esta frase contigo:
“El pan no está duro… duro es no tener pan”
Parece mentira, pero somos especialistas en quejarnos, y la mayoría de las veces nos quejamos sin razón, sin sentido, por tonterías, por egoísmo. “El pan no está duro… duro es no tener pan” ¿Qué quiere decir ésto? Que el trabajo que tienes no es duro, duro es no tener trabajo. Que tener el carro dañado no es duro, duro es no tener un carro. Que por tener el carro dañado y tener que caminar a tomar el bus eso es duro, no; eso no es duro, duro es no tener piernas, duro es no poder caminar. Comer arroz con sardina no es duro, duro es no tener comida. Perder la causa en algún problema familiar no es duro, duro y créeme que muy duro es perder un familiar.
Decir, TE AMO mirando a los ojos de otra persona no es duro, duro es decirlo frente a una lápida o un féretro donde ya no tienen sentido las palabras. Quejarse no es duro, duro es no saber ser agradecidos.
Hoy es un buen día para dar gracias por lo que tenemos y no dejar que nuestra felicidad dependa de algo o de alguien.
“Nuestra felicidad depende de nosotros mismos y de lo agradecido que seamos con lo que tenemos”.