- Author,Redacción
- Role,BBC News Mundo
Dos asesinatos múltiples han causado preocupación en Chile en los últimos días.
En el primero, murieron 4 adolescentes -de entre 13 y 16 años- luego de ser acribillados al salir de una celebración de cumpleaños en la madrugada del domingo 14 de julio en la comuna de Quilicura, en el sector norte de la ciudad de Santiago.
La justicia chilena está investigando el caso y, hasta el momento, la policía ha detenido a un sospechoso de participar en el cuádruple homicidio. Según el ministerio Público, se trata de un chileno con un “amplio prontuario policial”.
En el segundo, fallecieron 5 personas -todas extranjeras, según la información preliminar de Carabineros- en medio de una balacera ocurrida el martes 16 de julio en un centro de eventos en la comuna de Lampa, en la región metropolitana de Santiago.
Este hecho también se está investigando y la policía detuvo a 6 personas que supuestamente habrían participado en la balacera.
De acuerdo con la prensa local, en la que se cita información de la Fiscalía Nacional de Chile, a estos dos múltiples asesinatos se suman otros tiroteos que han terminado con la vida de al menos 6 personas más en los últimos cinco días.
Esta alta cifra de fallecidos con armas de fuego es anómala para un país que, aunque ha visto un aumento de los niveles de violencia en los últimos años, destaca dentro de América Latina como una de las naciones más seguras para vivir junto a Costa Rica, Uruguay o Argentina.
"Un hecho gravísimo"
La situación ha puesto bajo presión al gobierno del presidente Gabriel Boric, quien este martes por la tarde, antes de comenzar una visita oficial en Paraguay, se refirió a los homicidios ocurridos en el país.
“Este hecho es gravísimo y de la mayor consternación”, dijo a la prensa sobre la masacre en Lampa.
“Quiero ser muy claro en que desde el Estado de Chile no vamos a permitir que el crimen organizado nos gane la batalla”, agregó.
Además, Boric reconoció que “en los últimos días hemos visto un recrudecimiento de las acciones del crimen organizado haciendo diferentes vendettas y ataques que sin lugar a dudas generan consternación en la población”.
Ante esto, afirmó que están trabajando para encontrar a los responsables.
“Estamos trabajando no solo para encontrarlos (…), sino, también, para cortarle las alas al crimen organizado: siguiendo la ruta del dinero, decomisando sus especies y asestándole diferentes golpes y recuperando espacios públicos o privados que han sido tomados por estas bandas”, indicó.
Antes de emitir sus declaraciones, el mandatario había recibido algunas críticas desde la oposición.
El partido de derecha tradicional UDI fue incluso más allá, exigiendo la renuncia de la ministra del Interior, Carolina Tohá, y de los subsecretarios de la misma cartera, Manuel Monsalve y Eduardo Vergara, citando su “evidente responsabilidad en el fracaso de la estrategia” para enfrentar la crisis de seguridad.
El presidente, sin embargo, respondió con molestia.
“Ante la exigencia absurda de renuncia de algunos, les digo: ‘no, señores’. Estamos apostando para soluciones y no aportillando para dividir. Se trata de estar unidos como sociedad. No pediré renuncia a nadie, así que gasten su energía para colaborar”, planteó.
“Esa miopía política, de tratar de dividir cuando para enfrentar al crimen organizado tenemos que estar unidos, tarde o temprano nos va a pasar factura”, añadió.
Boric finalmente pidió colaboración a la oposición para avanzar con su agenda de seguridad en el Parlamento y para sacar adelante el pacto fiscal y así tener más recursos para fortalecer a las policías.
E informó que instruyó a su ministra del Interior para que este miércoles “a primera hora” sostenga una reunión en el Palacio de La Moneda con los jefes policiales, de Carabineros y la Policía de Investigaciones (PDI), además del fiscal nacional Ángel Valencia.
El objetivo de la reunión, dijo el mandatario, es “reforzar” las acciones para “enfrentar al crimen organizado”, particularmente en la región metropolitana que es donde existe la mayor “presencia de estas bandas”.
Escalada de violencia
En Chile, la seguridad se ha vuelto un tema primordial.
El presidente Boric ha tenido que orientar gran parte de su agenda política a este asunto que, por lo demás, es la mayor preocupación de los chilenos, según todas las encuestas.
Uno de los elementos que más preocupa es el incremento del narcotráfico, de la delincuencia y de los homicidios, a pesar de que, según cifras del Ministerio del Interior, en 2023 se quebró la tendencia al alza con una tasa de víctimas de homicidio que bajó un 6% en comparación con el año anterior.
“Chile no estaba acostumbrado a este nivel de violencia”, le dice a BBC Mundo Pablo Zeballos, exoficial de Carabineros y autor del libro “Un virus entre sombras: la expansión del crimen organizado y el narcotráfico en Chile”.
“Hoy, en cambio, se pueden observar dos dinámicas que son preocupantes: la emergencia de organizaciones criminales extranjeras, que vienen con la lógica de control del territorio, y la evolución de la delincuencia local, de la propia criminalidad chilena”, agrega el experto en seguridad.
Cabe recordar que en los últimos años el país sudamericano se ha visto golpeado por bandas delictuales como el Tren de Aragua que, según funcionarios policiales, ha convertido a Chile en un gran centro de operaciones.
Si bien la policía y la fiscalía todavía están investigando a los responsables detrás de los múltiples homicidios que ocurrieron en los últimos días en Chile, Zeballos asegura que el foco debe ponerse en la evolución del crimen organizado en este país.
“Ambos hechos muestran complejidades ilógicas para Chile. Por ejemplo, la cantidad de armas que están en posesión de los grupos involucrados, o el desprecio total por la vida propia o ajena, una característica del crimen organizado”, indica.
Por lo mismo, los expertos han advertido que estos casos se deben investigar con mucha cautela para entender el fondo del fenómeno que está ocurriendo en la nación sudamericana.
Sólo así, dice Zeballos, serán capaces de combatirlo.
Fuente: www.bbc.com