- Author,Holly Honderich
- Role,BBC News desde Carolina del Sur, EE.UU.
Tres días antes de las primarias de Carolina del Sur, en Estados Unidos, una multitud de votantes republicanos se amontonaba en la planta alta de un edificio municipal para ver a Nikki Haley.
En calidad de candidata a la nominación republicana para las presidenciales de 2024 y antigua gobernadora del estado, Haley pronunció un discurso seguro y combativo con alusiones a su rival republicano y favorito, el expresidente Donald Trump.
"Haley tiene una trayectoria excepcional", dijo Holt Moran, uno de los seguidores la candidata. "Es la persona perfecta".
Pero, una y otra vez, cuando se les preguntaba a los seguidores de Haley si tiene posibilidades de ganar las primarias republicanas, todos los votantes hacían una mueca de dolor antes de decir que no.
"Desgraciadamente, no", dijo Moran.
Y así quedó demostrado el sábado, cuando Donald Trump derrotó a Haley por un margen de 20 puntos en su estado natal, quedando el expresidente un paso más cerca de lograr la nominación de su partido.
A pesar de su actitud alegre, de los actos repletos y de las multitudes enfervorizadas, será casi imposible que Haley se imponga a Trump.
Entonces, ¿por qué sigue adelante con su campaña?
Ni Biden ni Trump
Los expertos y analistas, así como los dirigentes de su propio partido, dicen que Haley está malgastando el tiempo y el dinero de los republicanos. Por ese motivo, la antigua gobernadora de Carolina del Sur se ha esforzado en defender su decisión.
La semana pasada, Haley pronunció un discurso de 26 minutos dedicado íntegramente a explicar por qué seguía aspirando a la candidatura republicana.
"Me niego a renunciar", dijo. "Carolina del Sur votará el sábado. Pero el domingo, seguiré siendo candidata a la presidencia".
Allí, y en la mayoría de sus apariciones públicas desde entonces, Haley ha presentado su campaña como un acto de principios, una decisión destinada a dar a los republicanos una alternativa a Trump o al presidente Joe Biden, que, según ella, son "los políticos más odiados de Estados Unidos".
"Hay un 70% de estadounidenses que no quieren otra revancha Biden-Trump y un 60% de estadounidenses que piensan que Biden y Trump son demasiado viejos", dijo una de las portavoces de Haley, Olivia Pérez-Cubas.
"Ellos [los votantes] se merecen una elección mejor".
Amigos y aliados de Haley han insistido en que sus declaraciones públicas son genuinas y que está centrada únicamente en la candidatura republicana de este año.
"Cuando hablas con ella en privado, te dice que va a seguir. La oportunidad para ella es ahora", dice Jenny Sanford-McKay, exprimera dama de Carolina del Sur y amiga de Haley.
Algunos sostienen que Haley sigue siendo candidata en caso de que Trump, que se enfrenta a numerosas demandas penales y civiles, tuviera que retirarse repentinamente de la carrera.
"Ella es un verdadero camino a seguir", dijo el partidario de Haley, David Hood, en un acto de campaña en Georgetown el pasado jueves. "Trump es una vergüenza".
La mirada en 2028
Pero los estrategas republicanos también han planteado otra teoría: tal vez Haley esté mirando cuatro años más adelante, con la vista puesta en las próximas elecciones presidenciales de 2028.
Si ese es el plan, la campaña actual de Haley le proporcionaría una ventaja significativa, funcionando como un ensayo a nivel nacional para sus mensajes y recaudación de fondos.
Aunque va por detrás de Trump, Haley ha reunido equipos en al menos una docena de estados y ha planeado una compra de publicidad de siete cifras antes del Supermartes del 5 de marzo, cuando votarán los republicanos en 16 estados.
"La gente se acordará de ella y de que era una candidata sólida", dijo Ron Bonjean, un estratega político.
La campaña de Haley está recibiendo millones de dólares de donantes de alto poder adquisitivo, algunos de los cuales han manifestado públicamente que la ven como una interlocutora competente frente al caos de Trump.
Sólo en enero, según los responsables de su campaña, Haley recaudó US$16,5 millones, su mayor cifra mensual.
Fuera de la burbuja de la campaña de Haley, está la realidad del actual Partido Republicano, con una base todavía devota a Trump.
Una tarea difícil
En el condado de Lexington, donde Haley vivía con su joven familia cuando inició su carrera política, la mayoría de los residentes se encogieron de hombros cuando se les preguntó por la campaña de su antigua vecina..
"No me importa de dónde sea alguien", dijo Gregg Moore, propietario de una tienda de antigüedades en el centro de Lexington. "El señor Trump es de Nueva York y Florida. Yo no soy de Nueva York y Florida, pero él tiene lo que este país necesita y por eso voy a votar por él."
Moore, como otros votantes del condado de Lexington que hablaron con la BBC, no se mostró especialmente crítico con Haley. La mayoría dijo simplemente que ella no podía competir con el expresidente, que creían que había demostrado su valía en la Casa Blanca.
Y no son solo los votantes de Carolina del Sur los que apoyan a Trump. También lo han hecho los legisladores y dirigentes republicanos del estado.
"Todos sabemos que a estas alturas es el partido de Trump, ¿verdad?", dijo Chip Felkel, estratega republicano de Carolina del Sur y crítico de Trump.
Eso puede ser cierto. Pero por ahora, mientras quede dinero para gastar, Haley puede simplemente seguir adelante.
Después de todo, dijo, "¿qué tiene que perder?".
Fuente: www.bbc.com