- Atahualpa Amerise
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El Consejo de Seguridad de la ONU sometió a votación dos resoluciones sobre la guerra entre Israel y Hamás en la última semana. Ambas fueron rechazadas.
Estados Unidos, miembro permanente del Consejo, hizo uso de su derecho a veto para bloquear el miércoles una iniciativa presentada por Brasil.
Esta proponía establecer "pausas humanitarias" y condenaba los ataques a los civiles de todas las partes implicadas en el conflicto.
Dos días antes, una primera resolución presentada por Rusia para condenar la violencia y el terrorismo contra civiles tampoco salió adelante.
El Consejo de Seguridad es el organismo de la ONU a cargo de preservar la paz, pero está muy lejos de conseguirlo en Israel y Gaza.
Analizamos por qué no salen adelante sus resoluciones y hasta qué punto la ONU puede influir en un conflicto armado como el que se desarrolla hoy en el mayor polvorín de Medio Oriente.
Qué ocurrió con las resoluciones
La resolución para establecer pausas humanitarias en la guerra -que ya ha dejado casi 4.000 muertos en Gaza y más de 1.400 en Israel- obtuvo 10 votos a favor, 2 abstenciones (Reino Unido y Rusia) y 1 en contra, de Estados unidos.
El país norteamericano es uno de los 5 miembros permanentes (junto a Reino Unido, Francia, China y Rusia), por lo que tiene derecho a veto y su único voto valió para frustrar la resolución.
Washington argumentó que la iniciativa “no mencionaba el derecho de Israel a la autodefensa”, según su embajadora ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield.
“Israel tiene el objetivo inherente de la autodefensa, tal y como se refleja en el Artículo 51 de la Carta de la ONU”, añadió, y argumentó que se debería haber reafirmado ese derecho al igual que en “resoluciones anteriores sobre ataques terroristas”.
Pese a no apoyar la resolución, EE.UU. se comprometió a seguir trabajando con el Consejo para proteger a los civiles en el conflicto.
No obstante, recibió una oleada de críticas de miembros permanentes y no permanentes de este organismo de las Naciones Unidas.
"China está profundamente decepcionada por la obstrucción de Estados Unidos” declaró el portavoz del Ministerio de Asuntos Exteriores de Pekín, Mao Ning.
Brasil, que había redactado la resolución, lamentó que el Consejo no haya actuado “rápidamente” y alegó que “cientos de miles de civiles en Gaza no pueden esperar más”, mientras Ecuador -otro miembro no permanente- también instó a “no continuar en silencio” ante lo que ocurre en la franja.
Rusia se abstuvo en la votación después de que se rechazaran las dos enmiendas que presentó al texto, en las que llamaba a un alto el fuego inmediato, duradero y total, y a detener los ataques contra civiles.
Para Moscú, el borrador presentado “no incluía un llamado claro a un alto el fuego” ni ayudaría “a detener el derramamiento de sangre”, según su embajador ante la ONU, Vassily Nebenzia.
Rusia ya había presentado en el Consejo una primera resolución que condenaba la violencia y el terrorismo contra civiles.
Esta, sin embargo, fue rechazada el lunes tras recibir 4 votos a favor, 4 en contra y 6 abstenciones.
Quienes votaron en contra (Estados Unidos, Reino Unido, Francia y Japón) argumentaron que la resolución no mencionaba explícitamente a Hamás, autor del ataque que detonó esta guerra el pasado 7 de octubre.
Por qué la ONU no hace más
Ambas resoluciones, en todo caso, ni siquiera aspiraban a poner fin a la guerra, sino a denunciar crímenes contra civiles y a mejorar la situación humanitaria.
“Pienso que también estaban destinadas a desalentar una incursión total israelí en Gaza”, indicó a BBC Mundo Bruce Jones, experto en Política Exterior de la Institución Brookings.
“La ONU en sí no tiene poder, es un instrumento que los países poderosos pueden elegir utilizar”, responde Jones.
La ONU consta de dos organismos principales: la Asamblea General y el Consejo de Seguridad.
En la Asamblea General todos los Estados miembros tienen representación y capacidad de debatir y tomar decisiones, pero estas no son vinculantes y solo tienen influencia moral y, hasta cierto punto, política.
El Consejo de Seguridad es por tanto el órgano decisor, cuyas resoluciones son, en teoría, de obligado cumplimiento para todos los países.
Sin embargo, en medio de conflictos -como el de Rusia y Ucrania o el de Israel y Hamás- es difícil sacar adelante una resolución, sobre todo por la regla que estipula el derecho a veto de uno de los 5 miembros permanentes del Consejo.
“Históricamente, y eso hay que entenderlo en la herencia de la Guerra Fría, se normalizó por parte de las 5 potencias el uso y el abuso de ese poder de veto para defender su intereses y los de sus aliados”, declara a BBC Mundo el profesor de relaciones internacionales Eduard Soler, de la Universidad Autónoma de Barcelona.
Agrega que “en el caso de los conflictos en Oriente Medio, EE.UU. es el país que más veces ha usado el derecho a veto, aunque China y Rusia lo han hecho en muchas otras ocasiones, por ejemplo para proteger al régimen de Bachar Al-Assad en Siria tras las primaveras árabes”.
Jones, por su parte, lo resume así: “Estados Unidos y los europeos pueden optar por trabajar a través de la ONU para resolver el conflicto y los rusos y los chinos bloquear, o viceversa”, explica.
En caso de que todos decidieran cooperar, agrega, “se abriría un gran espacio para que otros países participaran en una variedad de esfuerzos para desplegar fuerzas de paz, mediadores u otra solución”
Sin embargo, pocas veces es así, debido a los intereses enfrentados de las 5 potencias y sus aliados.
De hecho, puntualiza, incluso si el Consejo de Seguridad adoptara una resolución contundente ordenando el fin de la guerra, esto sería muy difícil de llevar a la práctica.
“Digamos que el Consejo aprueba una resolución que dice que el conflicto tiene que terminar mañana. Si los jefes de Israel y Hamás aceptan la guerra se detiene, pero si no lo hacen alguien tendría que enviar tropas militares para bloquearlos y, ¿quién va a ir y enfrentarse a 360.000 soldados israelíes? No es posible”, plantea el académico.
Lo que sí hace la ONU
Ambos expertos destacan que, si bien la ONU puede hacer poco para detener el conflicto o mejorar la situación humanitaria a golpe de resoluciones, sí presta una gran ayuda a través de sus diferentes agencias.
“No debemos limitarnos al Consejo de Seguridad y hay que pensar en la labor que hacen estas otras agencias de refugiados, de la infancia, etc. que tienen un papel significativo”, afirma Soler.
Por ejemplo, la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA, por sus siglas en inglés) trabaja sobre el terreno en Gaza y 13 de sus empleados murieron durante la última semana en ataques israelíes.
La UNRWA juega un papel fundamental al aportar servicios esenciales como educación, atención médica, servicios sociales y asistencia alimentaria a los refugiados palestinos.
Por su parte, ACNUR (Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados) lleva a cabo junto a otras organizaciones los preparativos para la crisis de desplazados que podría derivar de esta nueva guerra.
“Aunque hay otras organizaciones, como la Cruz Roja, Naciones Unidas es la base del sistema y tiene la obligación de responder”, sentencia el profesor Jones.
Fuente: www.bbc.com